Durante la primera semana de noviembre de cada año se celebra la Semana Forestal Peruana. Nuestro país se sitúa entre los diez países del mundo con mayor biodiversidad y ocupa el 2do lugar en mayor superficie de bosque amazónico después de Brasil. El Perú es netamente amazónico y la mayor riqueza está en su biodiversidad y los servicios que brinda.
Pérdida de bosques
Pero ¿Qué está pasando con la Amazonia? La pérdida de bosque lamentablemente ya ha alcanzado proporciones críticas. Hasta el año 2020, en la Amazonía peruana se han deforestado alrededor de 12 millones de hectáreas ¹ y el ritmo de destrucción y degradación continúa en aumento. Se ha confirmado que la capa de la atmósfera encima de la amazonia se ha desecado progresiva y significativamente durante los últimos 20 años, elevando la demanda de agua y dejando amplios ecosistemas vulnerables a las sequías sin que para ello exista alguna explicación natural. Debido a la deforestación y degradación del bosque, la Amazonia está llegando al punto de No Retorno (Tipping point), en el cual todo el ecosistema colapsa y se convierte gradualmente en un desierto.
Entre las principales causas directas de deforestación están la expansión agropecuaria, la minería aurífera, y la ganadería; y como causas indirectas podemos mencionar la apertura de carreteras, la corrupción, la informalidad, y el tráfico de tierras. Pero no es suficiente con evitar la deforestación.
Degradación vs Deforestación
Existe una importante diferencia entre los términos ‘degradación’ y ‘deforestación’. La deforestación ocurre cuando todo el bosque amazónico es arrasado, dejando aquellos huecos en la selva que se pueden ver desde los aviones o mapas satelitales. Sin embargo, la degradación es casi invisible, imperceptible por satélites y desde vistas aéreas. La degradación ocurre, por ejemplo, cuando se realiza la tala selectiva de grandes árboles que sostienen el ecosistema. Ahora se sabe que la degradación del bosque y de ecosistemas naturales emite casi tantos Gases de Efecto Invernadero como la propia deforestación. Además, la degradación conlleva a pérdida de diversidad y humedad, merma de funciones ecológicas (servicios ecosistémicos), y mayor inflamabilidad (riesgo de incendiarse).
La responsabilidad principal de la degradación de los bosques es la extracción forestal maderera del tipo “descremado” o de retiro de árboles de las especies madereras valiosas preferidas por el mercado, provocando descapitalización del bosque natural. Esto provoca las “extinciones comerciales” como las de las especies palo rosa, romerillo, caoba, lupuna, tornillo, ishpingo, y ahora siendo el turno del shihuahuaco, la madera preferida del mercado chino. El shihuahuaco (Dipteryx sp) se encuentra en grave peligro, pues su acelerada extracción por la industria para su uso como madera en pisos de parquet está llevando esta especie a su pronta desaparición. El sector forestal hasta el presente no ha conseguido asegurar que el manejo de este recurso sea sostenible, comprometiendo tanto la producción de bienes como los servicios ambientales de los que depende nuestro porvenir (Cámara Nacional Forestal , 2022).
El rol del bosque en el ciclo del agua
Pero, ¿a qué servicios ambientales nos referimos? Los bosques no sólo son importantes por la absorción de dióxido de carbono y generación de oxígeno, sino que existe una función crucial que no está siendo abordada cuando se habla de crisis climática: el rol del bosque en el ciclo del agua y enfriamiento de la atmósfera. Para apreciar este proceso, se debe considerar la naturaleza del ciclo planetario del agua.
El agua está disponible en grandes cantidades en el planeta y circula desde el suelo a la superficie y a la atmósfera. El transporte de agua desde la superficie al aire se logra por la acción de la evaporación y evapotranspiración o la liberación de agua al aire a través de la actividad de las plantas. Este vapor de agua que se genera está presente en toda la atmósfera, y es sólo cuando el vapor comienza a condensarse que se forman las nubes. Luego las nubes llevan a cabo el proceso de condensación hasta que se produce la lluvia.
Los bosques representan alrededor del 48% de toda la evapotranspiración terrestre. Para tener lluvia y nubes se requiere una atmósfera limpia y grandes áreas de bosques evapotranspirativos.
La urgencia de proteger nuestros bosques
Dadas las diferencias ecológicas y de biodiversidad entre las plantaciones y los bosques naturales, la capacidad de los bosques para generar y liberar enormes cantidades de núcleos formadores de nubes está directamente relacionada con la madurez del bosque. Esto significa que como prioridad deberíamos proteger la mayor cantidad posible de bosques antiguos y también, restaurar los ecosistemas forestales perdidos. ¡Los bosques son nuestros salvadores!
En esta semana forestal, queremos enseñarle al mundo que las colaboraciones para proteger y conservar nuestros bosques son posibles. A través de alianzas protegiendo hectáreas de bosque primario. Grandes empresas como la Fundación BBVA ya se han sumado a esta labor, y esta alianza es un gran ejemplo de las acciones que todos podemos realizar tanto desde las organizaciones como de manera individual ya que, al proteger la salud de los bosques, protegemos la salud del planeta y de nosotros mismos. ¿Qué esperas para unirte?