Por: Rocío Espinosa
“Las raíces son para un árbol, lo que para un humano son sus piernas. Con ellas el árbol recorre las profundidades de la tierra, busca nutrientes y comparte información conectando con otras especies en el bosque.”
Fue en el mes de febrero del 2019 cuando los conocí personalmente. A Paul Rosolie ya lo conocía por las redes sociales, lo venía siguiendo hacía varios meses pues me atraían no solo sus fotos y aventuras, sino también el contenido en sus historias. Paul llegó con dos amigos más que trabajan con él en sus operaciones de ecoturismo, JJ Duran y Víctor. Este último usaba unas muletas para poder caminar. Tuvimos esta reunión de amigos en casa de Tatiana (mi hermana) en la ciudad de Puerto Maldonado.
Así pude participar de este encuentro de conservacionistas en Madre de Dios, para tratar temas de interés común centrados en mantener la integridad del bosque que protegemos para evitar el avance de la tala de árboles en la cuenca del río Las Piedras. Fue un encuentro ameno, con café, galletas, pizarra y plumones en mano.
Volví a saber de Víctor a través de las redes de Paul, cuando este último lanzó una campaña de crowdfunding en mayo del 2020 para poder obtener el financiamiento para la operación de su rodilla. Me asombré al ver la forma en que las personas en el extranjero apoyan una noble causa: lograron la meta de alrededor de US$7500 y no supe más.
Víctor antes de ser operador de bote había sido maderero por 20 años,
pero después de sufrir el deterioro en su rodilla se le hacía más difícil poder trabajar en el monte. Ser contratado para manejar el bote en la operación turística fue para él una buena oportunidad para sostener a su familia haciendo una actividad sin tener que desplazarse caminando grandes distancias.
Hace un par de meses Paul, desde Estados Unidos, contactó a Tatiana para preguntarle si conocía a un médico que pudiera operar a Víctor en Lima. Conecté a un amigo médico especialista en ortopedia con Víctor y después de varias conversaciones a distancia se concluyó que la operación era más compleja que la inserción de una prótesis de rodilla. Se debía intervenir el cuádriceps ya que, por la falta de movimiento en tantos años, el músculo había perdido sus capacidades. El costo de la cirugía era mayor, pero esto no impidió que Paul movilizara sus redes sociales para obtener en menos de 24 horas, un nivel de donaciones que casi duplicaba el monto anterior.
Organizamos el viaje de Víctor desde Puerto Maldonado a Lima y estando en estas coordinaciones, otro colaborador de Paul pidió ayuda urgente. Y su caso era incluso más delicado que el de Víctor. Su nombre es Rolando y su situación era tal que, tras la evaluación telefónica con el médico, se recomendó su traslado de emergencia a Lima para una cirugía inmediata: amputación de la pierna.
Cuando el médico me informó acerca de esta decisión que él recomienda al paciente y a su esposa en una video llamada, se me salieron las lágrimas sin siquiera conocerlo personalmente. He leído en el libro “Mother of God” sobre las aventuras de Paul con “Pico” (es el sobrenombre de Rolando) y sus hermanos en la selva. En este libro, impecablemente escrito por Paul, disfruté cada una de sus aventuras y pude entender el inmenso cariño que tiene este joven estadounidense conservacionista por este lugar y por su gente, y su deseo sincero de querer ayudar a estas personas.
Víctor fue operado el 25 de noviembre de este convulsionado año 2020 y dos días después tuvo lugar la cirugía de “Pico”. Ambos sonríen y saben que sus dolores por fin terminaron. El primero tiene la esperanza de recuperar su rodilla y lograr la movilidad de su pierna. El segundo siente un alivio al dolor permanente que venía padeciendo. Ambos saben ahora que no están solos.