En un post anterior habíamos hablado de la capacidad de los árboles para mantenerse conectados mediante una red de raíces y micorrizas (asociaciones simbióticas entre hongos y sus propias raíces), a través de la cual transfieren nutrientes. Los hongos crecen a través de redes enormes llamadas micelios que movilizan y transportan los nutrientes minerales del suelo hasta las raíces de las plantas, mientras que el hongo recibe a cambio hidratos de carbono que la planta produce mediante la fotosíntesis.
De esta manera, los grandes árboles son capaces de intercambiar no solo nutrientes con otras plantas del bosque, sino también información valiosa a través de señales bioquímicas y eléctricas, de tal manera que todas las plantas se encuentran interconectadas en grandes extensiones de área.
A estos grandes árboles, los científicos los han bautizado como “plantas madre” pues de ellos depende la nutrición y crecimiento sano de los ejemplares más jóvenes.
Toda esta información debe llevarnos a cambiar algunos paradigmas.
Los seres humanos hemos pensado estar en la cima de la evolución de los seres vivos y eso nos ha llevado a la sobreexplotación, uso y abuso de plantas y animales.
Tal como en el pasado se consideraba a la mujer como un ser inferior al hombre, seguimos considerando a las plantas y animales como seres vivos inferiores, sin conciencia, solo por ser diferentes al ser humano.
Actualmente las investigaciones están demostrando que esto no es así. La naturaleza encierra una gran diversidad de formas de vida y nosotros solo somos una parte de ella, no somos superiores solo por la capacidad de pensar, hablar y comunicarnos, pues está demostrado que las plantas también se comunican entre sí, que tienen sensibilidad y que son capaces de percibir estímulos sensoriales y eléctricos que los hombres no detectan con sus cinco sentidos.
Lo mismo pasa con el reino animal, donde las investigaciones de diversas especies desde las colonias de insectos hasta los grandes mamíferos demuestran que existe un orden, un conocimiento implícito, una comunicación entre sus integrantes que los posiciona como seres vivos inteligentes.
En estos días que celebramos el día de la Madre, deberíamos pensar en nuestra Madre Tierra, en cada uno de esos Arboles Madre y en todo lo que la Vida y la Naturaleza nos ofrece sin pedir nada a cambio.
Nuestro mejor regalo debería ser el respeto, la gratitud y reconocimiento de lo que ella significa. Porque la vida nos la da al nacer nuestra madre humana pero también nos la da la madre Tierra, ya que sin ella simplemente no estaríamos vivos.
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